¿Qué pasa si mi divorcio no está inscrito en el Registro Civil español?

Es habitual pensar que el proceso de divorcio culmina en el momento en el que se notifica la sentencia a las dos partes implicadas. Sin embargo, tras su obtención, ya sea resultado de un procedimiento de mutuo acuerdo o contencioso, es necesario inscribir dicha sentencia en el Registro Civil.

De no realizar este paso, no se podrían garantizar los efectos inherentes al divorcio que, con arreglo al artículo 102 del Código Civil, son los siguientes:

1.° Los cónyuges podrán vivir separados y cesa la presunción de convivencia conyugal.

2.° Quedan revocados los consentimientos y poderes que cualquiera de los cónyuges hubiera otorgado al otro.

Asimismo, salvo pacto en contrario, cesa la posibilidad de vincular los bienes privativos del otro cónyuge en el ejercicio de la potestad doméstica.

Por eso es tan importante inscribir el divorcio en el Registro Civil como vamos a desarrollar en este nuevo artículo en el que te contamos además qué puede pasar si no se realiza este trámite.

¿Qué consecuencias conlleva no inscribir el divorcio en el Registro Civil?

El divorcio solo puede obtenerse mediante una resolución judicial firme con efectos constitutivos, es decir, tal y como establece el art. 89 del CC, sus efectos comienzan desde el momento en que se dicta la sentencia o decreto. No obstante, como adelantamos, el divorcio no produce plenos efectos frente a terceros a menos que se inscriba en el Registro Civil.

Por el motivo anterior, el art. 61 de la Ley del Registro Civil establece que el Juzgado que dicte la resolución judicial de divorcio debe remitirla inmediatamente a la Oficina General del Registro Civil, a los efectos de que practique la correspondiente inscripción. Por eso, esta situación no suele darse ya que los cauces habituales del proceso se encargan de que así sea.

Pero, ¿y si el divorcio no estuviera debidamente inscrito en el Registro Civil?

La inscripción del divorcio es un acto fundamental para evitar futuros problemas legales y acreditar la desvinculación de ambas partes en sus responsabilidades y obligaciones conyugales.

Acreditando la desvinculación conyugal, se modifica el estado civil de los dos cónyuges, de tal forma que pueden volver a contraer matrimonio, así como inscribir un matrimonio posterior.

Facilita la adjudicación entre ellos de todos los bienes comunes al matrimonio, y, en consecuencia, facilita los actos de disposición sobre los mismos en relación con:

• • La propiedad, compraventa y arrendamiento de bienes inmuebles.
  • La posesión de otros objetos muebles de valor como joyas, obras de arte, etc.
  • Los movimientos en las cuentas bancarias que eran titularidad de ambos cónyuges.

Además, con el divorcio quedan revocados todos los consentimientos y poderes entre los cónyuges. Por tanto, inscribir el divorcio en el Registro Civil permite acreditar de modo fehaciente la inexistencia de cónyuge en el momento de otorgar testamento. 

Ahora bien, ¿qué sucede con los divorcios que se han llevado a cabo en el extranjero y que se quieren inscribir en el Registro Civil español?

La Ley del Registro Civil establece en su art. 96 que las sentencias extranjeras se podrán inscribir previa superación del trámite de exequátur.

El procedimiento de exequátur se inicia mediante la presentación de una demanda en el Juzgado del domicilio en España de cualquiera de las partes y deberá incorporar el original de la sentencia extranjera de divorcio, un documento que acredite que la sentencia ha adquirido firmeza con arreglo a la legislación extranjera, y la traducción al español de esta misma sentencia.

Después de comprobar la inexistencia de defectos de forma en la presentación de estos documentos, los cónyuges obtendrán un Auto que se inscribirá junto con la sentencia en el Registro Civil

No existe plazo para llevar a cabo este procedimiento de exequátur sin perjuicio de que los divorcios en el extranjero no produzcan efectos frente a terceros en tanto no se hayan inscrito en el Registro Civil correspondiente.

Por tanto, pese a que los efectos del matrimonio entre los cónyuges desaparecen cuando se dicta la sentencia de divorcio, los efectos que el matrimonio produce frente a terceros solo desaparecen con la inscripción del divorcio en el Registro Civil que corresponda.

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