¿Necesito un abogado para divorciarme?

El divorcio, entendido como la decisión que disuelve el vínculo matrimonial, es un proceso legal que requiere para su formalización la presentación de una demanda ante el Juzgado correspondiente, o elevación del Convenio Regulador a escritura pública ante notario cuando hay acuerdo y no existen hijos menores.

Cuando existen hijos menores, exista o no acuerdo entre las partes, es preceptivo presentar una demanda ante el Juzgado competente siendo las partes asistidas por letrado o letrada, ya sea cada uno con un letrado de su confianza o ambos con el mismo profesional. El artículo 82 establece “los cónyuges deberán estar asistidos en el otorgamiento de la escritura pública en Letrado en ejercicio”.

Evidentemente, la figura del abogado es facultativa para el asesoramiento previo o la redacción del Convenio Regulador, si bien, es recomendable para poder conseguir un acuerdo que garantice y salvaguarde los intereses de ambas partes, así como de los menores implicados.

La figura jurídica del abogado otorga un nivel de protección al ciudadano de alto nivel, tanto para asegurarse de que se respeten los derechos de los hijos de ambos o que se cumplan las obligaciones económicas acordadas. En este caso, juega especial relevancia la figura de la especialización, contar con un abogado especializado en familia resulta notoriamente beneficioso, al poseer unos conocimientos concretos, ampliados y profundizados sobre este tipo de asuntos.

En cuanto a la representación de ambas partes, estos pueden acudir representados con un único abogado en el caso de estar de acuerdo en las medidas, ya que en caso de discrepancia se necesitaría representación letrada de ambas partes de manera individual, al estar ante un proceso contencioso con pretensiones económicas y personales dispares.
Como hemos indicado anteriormente, es importante matizar que la representación letrada no es únicamente necesaria para poder proceder al divorcio de mutuo acuerdo ante un Juez, sino que también es preceptiva ante el Notario, pudiendo acudir cada parte con su abogado o ambos con una misma representación letrada.