Aspectos fiscales que debes tener en cuenta tras un divorcio o separación.

Una separación o un divorcio no solo implican un cambio en la vida familiar, sino que también acarrean importantes consecuencias fiscales. Comprender estos efectos es fundamental para evitar sorpresas y minimizar las cargas tributarias. 

Y eso es lo que vamos a hacer en este post: analizar cómo tributan las pensiones alimenticias y compensatorias, las reducciones por unidad familiar y el mínimo por descendientes en el marco del IRPF. Continúa leyendo si quieres conocer estos aspectos fiscales tras un divorcio o una separación.

1.- Tributación de las pensiones compensatorias

La pensión compensatoria es una cantidad económica que, bajo determinadas circunstancias, uno de los cónyuges debe pagar al otro tras el divorcio para paliar el desequilibrio económico que este pueda sufrir. Según el artículo 17 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, estas pensiones compensatorias son consideradas rendimientos del trabajo. ¿Cómo afecta esto a cada parte?

1.1.- Reducciones fiscales para el pagador: El pagador de la pensión compensatoria puede reducir su base imponible general con el importe de la pensión. Si tras esta reducción queda un remanente, también podrá aplicarlo a la base imponible del ahorro, sin que ninguna de las dos bases pueda resultar negativa. Para que esta reducción sea válida, la pensión debe estar fijada por resolución judicial o convenio regulador.

1.2.- Tratamiento fiscal para el receptor: Este es uno de los aspectos fiscales tras el divorcio al que debes prestar atención si recibes esta pensión. La persona receptora de la pensión compensatoria debe incluirla en su declaración de la renta, ya que constituye un rendimiento del trabajo no sujeto a retención. Este detalle es crucial para aprovechar al máximo los beneficios fiscales disponibles.

2.- Anualidades por alimentos

Las anualidades por alimentos son prestaciones económicas que un progenitor debe proporcionar para cubrir las necesidades básicas de sus hijos, incluyendo alimentación, educación y atención médica.

2.1.- En el caso del pagador: Aunque las anualidades por alimentos no reducen la base imponible general del pagador, tienen un tratamiento especial. Si las anualidades son menores a la base liquidable general y no se tiene derecho al mínimo por descendientes, se gravan separadamente para limitar la progresividad del impuesto, es decir sí se tendrán en cuenta para calcular la cuota íntegra estatal y autonómica del Impuesto.

2.2.- Tratamiento fiscal para el receptor: Es decir, en este caso, el hijo. Las anualidades por alimentos son rentas exentas siempre que se perciban por decisión judicial o en escritura pública. Esto significa que el hijo no tendrá que tributar por estas rentas en su declaración de IRPF.

3.- Reducción por unidad familiar

Nadie podrá formar parte de dos unidades familiares al mismo tiempo. En casos de separación legal o ausencia de vínculo matrimonial, la unidad familiar se compone de uno de los progenitores y los hijos que conviven con él o ella. Aquí, la tributación puede variar dependiendo de la situación de guarda y custodia. 

La determinación de los miembros de la unidad familiar se realizará atendiendo la situación de guarda y custodia existente a 31 de diciembre de cada año.

3.1.- Guarda y custodia atribuida a un progenitor: El progenitor con guarda y custodia puede optar por la tributación conjunta con sus hijos, lo que permite una reducción en el impuesto por unidad familiar de 2.150 euros anuales. Esta reducción se aplicará primero a la base imponible general y, si queda remanente, a la base imponible del ahorro.

3.2.- Guarda y custodia compartida: En situaciones de guarda y custodia compartida, solo uno de los progenitores puede optar por la tributación conjunta con los hijos, mientras que el otro debe hacer la declaración de manera individual.

4.- El mínimo por descendientes

Por último, veremos este otro aspecto fiscal tras el divorcio al que debes prestar atención. Se trata del mínimo por descendientes, una reducción fiscal aplicable bajo ciertas condiciones relacionadas con los hijos dependientes. Para que esta reducción sea aplicable, el descendiente debe ser menor de 25 años o tener una discapacidad igual o superior al 33 %, convivir con el contribuyente, no obtener rentas anuales superiores a 8.000 euros y no presentar declaración de IRPF con rentas superiores a 1.800 euros.

4.1.- Tributación individual del descendiente: Si el descendiente tiene rentas iguales o inferiores a 1.800 euros, los progenitores pueden aplicar el mínimo por descendientes. Si las rentas superan los 1.800 euros, ninguno de los progenitores puede aplicar esta reducción.

4.2.- Tributación conjunta del descendiente con un progenitor: Cuando el descendiente tributa conjuntamente con uno de los progenitores y sus rentas son iguales o inferiores a 1.800 euros, el mínimo por descendientes se distribuye entre los progenitores de manera proporcional. Si las rentas son superiores, solo el progenitor que tributa conjuntamente puede aplicar el mínimo por descendientes de manera íntegra.

Es importante destacar que la administración tributaria no decidirá automáticamente quién tiene derecho a estas reducciones fiscales en casos de guarda y custodia compartida, por lo que es crucial establecerlo claramente en el convenio regulador de la separación o divorcio.

Conclusión

El impacto fiscal de un divorcio o de una separación puede ser significativo, pero con el conocimiento adecuado y una planificación fiscal correcta, es posible minimizar la carga impositiva y aprovechar las reducciones fiscales disponibles. 

Asegurarse de incluir todas las pensiones y anualidades correctamente en la declaración de la renta, así como entender las implicaciones de la unidad familiar y el mínimo por descendientes, son pasos esenciales para gestionar eficientemente las obligaciones tributarias tras un cambio en el estado civil. 

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